Show And Tell

La cara del hombre sin rasurar llenaba la pantalla. Su pelo estaba totalmente fuera de lugar, de maneras que solo la gravedad cero puede descomponerlo. Su rostro reflejaba una falta de felicidad casi absoluta, como si la hubiera olvidado por completo. Los niños en el salón de clase estaban sorprendidos de una manera mas que desagradable y algunos hacían muecas. Uno en particular, se hundía en su silla como si quisiera que la tierra se lo tragase.

- El espacio es aburrido- dijo el hombre después de ser presentado como el capitan Eduardo Martinez Catana-. Aburrido y vacío. Pero quise ser piloto, navegar entre las estrellas. Ahora cumplo mi sueño y me doy cuenta de es casi una pesadilla. Terminando de hablar con ustedes me deslizaré por un pasillo en el que apenas quepo mientras lucho con las nauseas de las ingravidez. Pasare seis horas ahí reparando una sección completa de la ventilación. Y posiblemente sea lo mas interesante que pase en todo el viaje, porque si no funciona todos nos morimos.

Los niños se veían mas y mas incómodos mientras el Capitán Gritaba:
 
- ¡Ser piloto! ¡Astronauta! Todologo mal pagado, mas bien. Créanme niños, nunca serán ricos haciendo esto. Si, es mucho dinero, pero se vive mal aquí arriba. Abajo mi familia la pasa bien porque no estoy allá abajo gastando el dinero con ellos. La comida esta empacada y deshidratada para los viajes largos. El agua sabe horrible, a orines reciclados, porque eso es lo que es. ¿Y saben que? Eso es lo de menos. No se puede ir al baño como la gente. No se pueden sentar a ver televisión un rato. Hay que vigilar los instrumentos. Las naves de hoy en día son tan seguras que casi nada sale mal, pero hay que vigilar los instrumentos. Hay que regar las plantas, alimentar las hormigas. Ademas de mi carrera en ingeniera, entrene 3 años en la UNASA. Debes tener una maestría en industria aeroespacial. Y entrar la ejercito. Y todo eso para alimentar hormigas, regar plantas y soldar un tubo tras otro en gravedad cero. Pasar la mitad de los viajes acostumbrándose a la gravedad cero y la mitad del tiempo en tierra aprendiendo a caminar otra vez.

- Señor Martinez- Dijo la maestra nerviosamente- Eh, que nos podría decir eh... de los aspectos positivos de su trabajo? - No mas tele conferencias, pensó la maestra mientras cruzaba los dedos y esperaba la respuesta.

- ¿Positivos? Creame que la gente que me manda aquí no me hace la vida fácil. El gobierno y los inversionistas privados le meten mucho dinero a esto del viaje espacial como pensar en el confort de sus trabajadores. Cada gramo de cosas que nos haría mas llevadera nuestra estancia aquí, es un gramo de algo que no podrán transportar y vender. Nuestros cuartos son ataúdes, nuestras camas costales de papas. Nuestra sala de recreo es un closet. He visto los documentales de barcos pesqueros y esto es peor.

- ¿Porque no se cambia de trabajo? - Gritó un niño de la fila de atrás.

- Bueno, ah.. - La cara del capitán Martinez se suavizo. En lugar de enojo y hastío había confusión y algo mas: los niños no lo vieron, pero para la maestra se podía leer como un “La estoy regando” - en primer lugar, porque como les dije antes, estudie y me prepare toda mi vida para esto. Es muy tarde para hacer otra cosa. Pero en segundo lugar, y mas importante, esta esto...

La vista cambio. En vez de la cara del deprimido capitán Martinez se veía lo que debía ser una vista de una cámara de video en el exterior de su nave. Se veía la tierra, azul con blanco y café, en un cuarto creciente.

- Niños, véanla con cuidado. Estoy a una semana de distancia, desde aquí casi no se ve. La ven por el telescopio a su máxima potencia y apenas llena la pantalla. Y eso es todo lo que hay. La siguiente vez que vean una caricatura o una película del espacio, donde se ven las galaxias los planetas y nebulosas en una toma, no crean nada, absolutamente nada. El espacio es terriblemente vació y terriblemente aburrido. La tierra es todo lo que hay. Viajo meses y meses en todas las direcciones posibles y no hay nada. Cuando lo hay, son mundos muertos o guijarros que solo sirven para minarlos. Hombres como yo arriesgamos nuestra vida en latas de atún que surcan la nada durante meses y meses para traer lo que se necesita de los asteroides, para llevar gente a marte y que trabajen para que sea nuestro plan de respaldo si todo falla en la tierra. Créanme cuando les digo niños, seis meses de reparar circuitos y dormir en un ataúd con las ventanas de la nave mostrando nada mas que el negro del espacio le hacen cosas al humor de las personas. Mis compañeros y yo tenemos que controlarnos mucho para no pelearnos a muerte cuando algo sale mal. Porque nosotros somos los que le inyectamos a esa esfera azul, tan solitaria en la que vivimos, lo que necesitamos los humanos para no seguir matándola como hicieron nuestros abuelos. ¿Porqué no me cambio de empleo? ¿Porqué estudie para hacer esto? ¿Porqué me entrené hasta el cansancio para hacerlo? Porque alguien tiene que hacerlo. No durare en esto, niños. En diez años mas me retiraran y con suerte me darán un trabajo de mecánico en una de las bases armando las nuevas naves. Armando naves y tal vez tomando terapia para mi estrés de 25 años de navegar el espacio en esta caja. Pero mientras pueda hacerlo lo haré, porque es importante. Porque para que estas misiones funcionen se necesita gente que sepa lo que hace. Una nave como la mía transporta tanto mineral como la producción de cuatro meses de la tierra, y la tierra produce cada vez menos. Si nosotros fallamos, no hay autos, computadoras ni televisiones. No somos pioneros, no héroes de película, pero sin nosotros, la vida en la tierra seria mucho mas dura. Lo que realmente quiero decir, ah... cuando Carlos me pidió que hablara con su clase.. no planeaba esto.. Mmmm en realidad... ah... miren, en realidad, se trata de esto: Mi trabajo es incomodo pero importante. No importa que es lo escojan ser, es un trabajo y existe porque alguien tiene que hacerlo. En muchos trabajos no tendrán historias interesantes para contar, y habrá muchos momentos en los quieran rendirse... pero hay gente que depende de que su trabajo se haga, no importa que tan duro sea para ustedes. Solo asegúrense de hacerlo bien. Me tengo que ir. Adiós Niños.

- Adiós- repitieron todos, aun atónitos.

- Tu papa esta bien loco Carlos- Grito el mismo niño de atrás
- Si- dijo Carlos, y pensó: Que suerte. Hoy estaba de buen humor.